El contar con una asertiva comunicación podría ser la diferencia entre recibir una respuesta positiva sobre una negativa por parte de tu receptor. En mi experiencia como conferencista y facilitador a diferentes niveles educativos y poblacionales; he logrado identificar una serie de elementos y situaciones que toda persona debería reparar si desea mejorar su discurso y habilidad para hablar en público, así como hacer más efectiva la transmisión de sus mensajes. Los cuales, quiero compartir a continuación con la esperanza de que te sean útiles a la hora de alguna negociación, clase, presentación de proyecto o fines que mejor lo considere.
1. Imaginar a las personas desnudas no funciona
Recién convertí los discursos en mi vida profesional; recuerdo que siempre a mi mente venían escenas de series y películas estadounidenses de los años 90´s donde le aconsejan a determinado personaje que para evitar los nervios al estar frente a un público debe imaginar que todas las personas desnudas o en ropa interior… ¡grave error!
De entrada, creo que hacerlo resulta un distractor, el solo pensar el color, estilo y tamaño de la ropa interior que traen puesta, o morbosidades, cómo saber si usa faja, le aprieta el cinturón, es peludo o lampiño, tiene estrías o celulitis desvía la atención y concentración del presentador. Además, en ciertas situaciones, podría llegar a erotizar a quién lo imagina, ¡y no queremos que eso pase! ¡Evítalo!
2. No tengas miedo de hacer el ridículo
La regla por excelencia para tener un mejor desempeño en tu comunicación es entender que eres imperfecto, date permiso de equivocarte, y la oportunidad de ‘quedar en ridículo’. Y es que “ridiculizarte” es algo muy relativo y se encuentra completamente relacionado a la seguridad (o falta de ella) de la persona. La autoconfianza y autoestima se ven reflejadas desde nuestra actitud, postura, tono de voz y manera de dirigirnos a las otras personas.
Alguien sin temor a ridiculizarse refleja fuerza, confianza y seguridad, ¡atrévete!
3. Conoce a tu audiencia
Antes de cualquier presentación, clase, conferencia o discurso que vayas a brindar, es necesario que sepas a quiénes les hablarás. No se le puede hablar igual a todos los públicos, un grupo de infantes ocupa otro tipo de dinámicas y metodologías que a un grupo de adolescentes. Las mismas consideraciones se deben tomar en cuenta si le hablarás a un grupo de adultos con preparación técnica o de posgrado.
La forma de transmitir un mensaje varia en torno a su edad, nivel educativo, cultura, condición económica y contexto, ¡tómalo siempre en cuenta!
4. Infórmate antes de hablar
Si vas a comunicar algo desde el nivel personal, asegúrate que sea un hecho verídico, y en realidad te haya ocurrido. Las mentiras e historias exageradas pueden llegar a funcionar, pero tarde o temprano se derrumban, y con ello tu credibilidad. Hay que tener la certeza de lo que se está hablando. Si vas a mencionar estadísticas o hechos asegúrate de que sean reales, que tus fuentes sean válidas y confiables para evitar que tu credibilidad se vea dañada, y por ende, tu comunicación.
Una persona que miente o en quien no se puede confiar, difícilmente será escuchada por otras.
5. Imagina que estás con alguien de confianza
Sirve de mucho, piensa que le estás contando una historia a un amigo, hermano, pareja, vecina, alguien que aprecies y en quién confíes. La transmisión de un mensaje se logra si se hace de manera orgánica, el receptor necesita sentir empatía contigo para tener la disposición de escucharte.
A nadie le gusta escuchar alguien con quién no congenia, o comparte algo en común.
6. Estructura tu mensaje
Deja de darle vueltas al asunto, y rellenar lo que quieres trasmitir solo para cubrir un tiempo específico. Sé concreto y conciso, uno de los mayores errores que cometemos es darle rodeos a lo que queremos comunicar.
Al momento de transmitir un mensaje, dale una estructura, piensa el objetivo que tiene, porqué es importante para tu audiencia y que aportación le estás dando. Si tu mensaje no tiene ninguna de las anteriores, entonces nadie tendrá el interés por escucharte. ¡Tus palabras tienen que generar un valor en tu público!
7. Utiliza tu entorno
Hablar de lo que pasa en Europa, Estados Unidos y China podría funcionar, pero pocas veces aterriza y empatiza a la realidad de tu público sino conocen o han vivido en esos contextos. Entre más ejemplos tangibles, reales y medibles con su alrededor será más fácil transmitir tu mensaje.
Utiliza lo que ves, las personas que se encuentran presentes, los problemas de la comunidad y las vivencias actuales. Entre más aterrizado a la realidad y contexto en que te desenvuelves, mejores resultados tendrás.
8. Sé humano
Entenderte como humano y no como una máquina diseñada para transmitir conocimiento e información es elemental. Ser humano va de la mano con lo ridículo, con brindarte el permiso de cometer errores, de que las cosas no salgan como lo planeado, de contar vivencias personales que ayuden a reforzar lo que quieres transmitir. Habla desde la persona, no desde sus grandes logros o conocimientos adquiridos. Las personas queremos escuchar a otras, alguien con quien nos identifiquemos y podamos llegar a encontrar similitudes.
La etapa histórica de vender y alcanzar la perfección (por fortuna) está quedando atrás, ahora queremos la realidad, queremos a humanos hablándoles a otros, no a ídolos en un pedestal, ¡eso ya no conecta con tu audiencia!
9. Abre tus horizontes
El que te enfoques en algún área determinada, no significa que únicamente tengas que saber de ese tema, por el contrario, significa que tienes la responsabilidad de saber más tópicos que podrían ser causas y/o consecuencias de lo que estás hablando, incluso llegar a complementarlo. Si vas a hablar de economía, no te limites únicamente al tema, involúcrate en el arte, la sociología, la psicología y la biología. ¡Y hasta en los memes!
Todos los temas funcionan para enriquecer tu conocimiento y tu discurso, entre mejor conectado estés con tu entorno, mayor conexión lograrás con tu audiencia.
10. Practica mucho
La mejor garantía para hacer más eficaces tus discursos es practicar, ni todos los libros, consejos o conferencias que puedas acumular te darán la verdadera habilidad como el practicar. Siempre que haya oportunidad, ¡hazlo!, no importa si son 20 o 5000 personas.
Todos los públicos y plataformas son importantes, nunca le restes valor e importancia a ninguno.
Les comparto estos consejos desde mi experiencia y visión, con la mera intención de aportar en tu comunicación, ¿qué opinas? ¿tienes algún comentario al respecto? ¿agregarías algo? ¡Házmelo saber!
Excelentes consejos. Muchas gracias